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Famoso guionista en el centro de una disputa legal por presunto acoso

  • Foto del escritor: Deyvid Hernandez
    Deyvid Hernandez
  • 8 abr
  • 3 Min. de lectura

Paul Schrader, cineasta y guionista detrás de éxitos como Taxi Driver, fue demandado por su exasistente quien lo acusa de agresión sexual.


Desde sus inicios, los focos de atención en el cine han estado puestos sobre los actores y directores, figuras visibles que dan rostro a las historias que llegan a la gran pantalla, sin embargo, hay piezas clave que, aunque permanecen fuera del lente, sostienen el alma de la producción como los guionistas, quienes con su creatividad e imaginación construyen los relatos que tanto cautivan en el séptimo arte. Uno de esos nombres es Paul Schrader, cineasta y guionista estadounidense que, desde hace más de cuatro décadas, ha sido responsable de títulos memorables como Taxi Driver (1976), Toro Salvaje (1980), American Gigolo (1980) y Dog Eat Dog (2016), consolidándose como una figura influyente en la industria.


Pero, más allá de su reconocido aporte en Hollywood, Schrader enfrenta hoy una situación legal que podría significar un giro radical en su carrera, ya que una mujer de 26 años, quien trabajó como su asistente personal, lo ha demandado alegando que fue víctima de agresión sexual, despido injustificado e incumplimiento de un acuerdo de confidencialidad que buscaba mantener en reserva los detalles de este delicado acontecimiento.

De acuerdo con la demandante, cuya identidad no ha sido revelada, el incidente inicial tuvo lugar en mayo de 2024, durante la estadía del equipo del guionista en un hotel cercano al Festival de Cannes, en el cual Schrader promocionaba su película Oh, Canada (2024). Según su testimonio, el también director, captó su atención al manifestarle que supuestamente se encontraba delicado de salud y necesitaba ayuda para empacar su equipaje, por lo cual, la mujer fue directamente a su habitación donde ella afirma que el cineasta le exhibió sus genitales, la tomó por los brazos y la besó sin su consentimiento.


La narración de la joven continúa detallando que, a partir de ese hecho en la ciudad francesa, las insinuaciones se volvieron una constante, a pesar de su reiterada negativa a corresponder a ellas, situación que, tal como lo comenta, habría llevado a su despido en septiembre del año pasado. Adicionalmente, ella sostiene que, pocos días después de dejar el cargo, recibió un correo electrónico de Schrader en el que este se disculpaba por su comportamiento e insinuaba buscar una solución para evitar un proceso judicial, mencionando su deseo de no "terminar como Harvey Weinstein". En respuesta, la mujer propuso un acuerdo de confidencialidad que, aunque inicialmente aceptado por el cineasta, finalmente se negó a firmar.

Si bien el guionista no ha emitido declaraciones públicas sobre la querella, su abogado, Philip Kessler, ha negado categóricamente las acusaciones presentadas e incluso afirmo que estas carecen de fundamento, sosteniendo que entre ambas partes nunca existió una relación más allá de la estrictamente laboral y que, en ningún momento, su cliente incurrió en conductas inapropiadas. Respecto al caso, tanto el abogado como Schrader han manifestado su desacuerdo con lo que consideran una demanda "desesperada, oportunista y frívola".


En contraste, el abogado de la denunciante, Gregory Chiarello, expresó que cuentan con pruebas sólidas para sustentar los hechos, incluyendo evidencias físicas del contrato de confidencialidad que su clienta y el guionista discutieron. Según el representante legal, este caso refleja una vez más los profundos problemas de abuso de poder que persisten dentro de la industria cinematográfica, y subrayó que su clienta está dispuesta a enfrentar el proceso judicial para hacer valer sus derechos.


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