Netflix en el banquillo: Sentenciada lleva al gigante de streaming a los tribunales
- Deyvid Hernandez
- 12 mar
- 3 Min. de lectura

Rosa Peral, prisionera española condenada por homicidio, acusó a la popular plataforma por vulneración de sus derechos en la serie "El cuerpo en llamas".
En 2017, Pedro Rodríguez, un oficial de policía del cuerpo de seguridad Guardia Urbana de Barcelona de 38 años, fue encontrado completamente carbonizado en el maletero de su coche cerca del Embalse del Río Foix, Cataluña. La investigación posterior reveló que Rodríguez había sido asesinado en su casa con un arma blanca por parte de su pareja, la también oficial, Rosa María Peral, y el amante de esta, Albert López, los cuales cometieron el crimen para poder retomar su antigua relación, revelando con ello un triángulo amoroso fatal que atrajo la atención mediática y que, en 2023, hizo que Netflix adaptara una miniserie basada en este caso a la cual titularon "El cuerpo en llamas", una producción limitada que reconstruye los hechos que rodearon el delito.
Ahora, dos años después del estreno, Netflix se encuentra en problemas legales con Peral. La exagente, que enfrenta una pena de 25 años de prisión, ha demandado al gigante del streaming por dañar su imagen, honor e intimidad, además de los de su hija menor de edad, quien fue representada en el programa sin autorización. Ante la situación, la convicta exige una indemnización de 26,5 millones de euros para su hija y 2,6 millones de euros para su persona, cifra que plasma cada hora que la serie ha sido visualizada en la pantalla chica.

Cabe mencionar que esta no es la primera vez que la prisionera enfrenta a la plataforma, ya que, desde su lanzamiento el 8 de septiembre de 2023, Peral ha intentado frenar la propagación de la serie a través de diversas vías legales, llevando a cabo su primera acción judicial a finales de ese año mediante una reclamación en el Juzgado de Primera Instancia 54 de Barcelona solicitando el retiro de la serie hasta poder visionarla personalmente, solicitud que fue desestimada y que la llevó a emprender nuevas acciones jurídicas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción n.º 1 de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, donde, tras un año y medio de evaluación, el tribunal aceptó tramitar la demanda en octubre del año pasado y, ayer 11 de marzo, celebrar la primera audiencia para aceptar pruebas y fijar la fecha del juicio.
Ante la demanda, Netflix ha respondido con una alegación de 344 páginas en la que defiende su producción, argumentando que El cuerpo en llamas es una obra de ficción basada en hechos de relevancia pública, por lo cual, de acuerdo con la plataforma de streaming, la demanda de Peral carece de fundamentos. En cuanto a la hija de la acusada, la compañía asegura que el personaje es ficticio, con nombre inventado y presencia mínima en la serie, por lo que consideran que no están vulnerando ninguno de los derechos que Peral menciona en su queja.

Para los expertos, el análisis del caso revela una tensión entre la libertad creativa y los derechos individuales. Desde un punto de vista legal, ambas partes tienen argumentos válidos, ya que Netflix tiene el derecho de adaptar historias de dominio público, especialmente cuando se trata de una investigación policiaca cerrada, sin embargo, sus intereses se contraponen a lo establecido en el artículo 7 de la Ley General de Comunicación Audiovisual, el cual protege los derechos de los niños en pantalla, además de establecer la necesidad del consentimiento de sus representantes legales o del menor para su aparición en contenidos multimedia, así como la protección de su bienestar, una medida que si bien la plataforma ha minimizado con el uso de una actriz infantil, sigue siendo vulnerable contra la hija de Peral al representar explícitamente su relación madre-hija desde una perspectiva que podría afectarla.
De momento, se espera la resolución judicial sobre el caso, no obstante, más allá del juicio, es importante destacar que aunque los crímenes de Peral son condenables y han mermado su credibilidad ante la sociedad, las consecuencias de sus actos no deberían extenderse a su hija, ya que ello solo refleja cómo, en su afán por generar ganancias, Netflix podría haber manipulado la historia de manera sensacionalista, sacrificando la ética en su representación de los hechos y convirtiéndose en el verdadero villano de esta historia.
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