Cine 2025: El año de los grandes retos para el séptimo arte
- Deyvid Hernandez
- 2 ene
- 5 Min. de lectura

El futuro de la industria cinematográfica está lleno de interrogantes, pero también de oportunidades para sorprendernos. ¿Logrará el nuevo año cumplir las expectativas de los cinéfilos?
Otro año más ha finalizado y con él se da cierre a una época de altibajos dentro del mundo del cine, como lo fue el 2024. Con éxitos taquilleros como Intensamente 2 o Mi Villano Favorito 4, el mundo de la animación dejo una huella indiscutible en el reciente año y se posicionó como el género favorito de las audiencias recaudando más de 1000 millones de dólares a nivel mundial, sin embargo, otras categorías como el cine de superhéroes o el de terror tuvieron un desempeño pobre, siendo apenas Terrifier 3 y Deadpool & Wolverine las películas que más recaudaron en sus respectivos campos.
Asimismo, en otras áreas de la industria, el séptimo arte mostró un balance equilibrado entre los desafíos superados y los retos a enfrentar. Con inquietudes como el uso correcto de los programas de Inteligencia Artificial o la rivalidad ante las plataformas de streaming, el cine batalló para lograr mantener su esencia artística a la vez que se transformaba, no obstante, tras el fin de año, el 2024 demostró que aún hay una serie de elementos los cuales podrían amenazar con reconfigurar la industria cinematográfica tal como la conocemos.
Desde la lucha por atraer público a las salas hasta demostrar que las historias originales tienen un lugar en el corazón de los espectadores, el cine en 2025 deberá mostrar el potencial de reinventarse en una era hiperconectada.

La batalla por la pantalla: Streaming vs Cine Tradicional
Con más de 150 millones de usuarios en Netflix, Amazon Prime Video y Disney+, las plataformas de video suscripción se han consolidado como un gigante imparable.
Apareciendo tal como la conocemos a finales de la década de los 2000, el sistema de distribución digital de contenido multimedia o streaming ha logrado posicionarse en el mercado cinematográfico gracias a su posibilidad de acceder a producciones de Hollywood a través de conexión a Internet o datos celulares, permitiendo que el usuario pueda ver su programación favorita desde cualquier lugar y en cualquier momento, un beneficio que ha hecho que en los últimos años muchos espectadores prefieran este modelo tecnológico a asistir presencialmente a una sala de cine.

Ante este problema, algunas empresas proveedoras de entretenimiento han intervenido con tecnologías como IMAX o 4DX, las cuales permiten disfrutar de una experiencia inmersiva, al combinar efectos prácticos (como asientos en movimiento, viento, luces, aromas, etc) con las imágenes en pantalla, una apuesta que esperan logre rivalizar con las plataformas de streaming y permita atraer de nuevo la atención del público a un arquetipo que mezcla la innovación de las tecnologías de la comunicación con la nostalgia de ir al cine.
La audiencia exige más
El 2024 cerró con un descenso del 5 % de asistencia a las salas de cine a nivel mundial. Si bien la cifra no es tan preocupante, teniendo en cuenta que más de 100 millones de personas van al cine a lo largo del año, el dato sí que refleja cómo los hábitos de consumo están cambiando dentro de la población.

De acuerdo con una investigación realizada por Ultracine, entre las principales razones de esta disminución encontramos que la gran mayoría está cansada de historias repetitivas, una situación que le pasa frecuentemente a géneros como el de los superhéroes, el terror, la comedia y el cine de acción, las cuales cuentan entre sí con narrativas muy similares que parecieran demostrar que a Hollywood se le han acabado las ideas frescas y audaces, un hecho que se comprueba con el reporte de las películas más taquilleras del pasado año, en las cuales las cinco producciones que más recaudaron (Intensamente 2, Deadpool & Wolverine, Mi Villano Favorito 4, Moana 2 y Dune: Part II) son precisamente secuelas o parte de una saga, es decir, ideas que no son originales, por ello, uno de los mayores retos de este nuevo año será sin duda crear proyectos novedosos que conecten emocionalmente y aporten algo nuevo al panorama.
Inteligencia Artificial: ¿Amigo o enemigo?
Con herramientas como los algoritmos, el sector del cine se ha vuelto cada vez más automata y sus diferentes habilidades han ayudado a llevar a cabo las ideas de los cineastas, desde la rápida creación de guiones hasta la recreación digital de actores, las IA prometen revolucionar el mundo del espectáculo al expandir las posibilidades de contar nuevas historias, sin embargo, algunos miembros del personal detrás de las grandes producciones como los actores, directores, diseñadores, entre otros, están preocupados de la amenaza que esta representa para la creatividad humana.

Al brindar un ritmo de trabajo más efectivo y resultados con poca probabilidad de errores, estos software se posicionan como los nuevos talentos del mundo del cine, una razón que ha llevado a que el SAG-AFTRA negocie con los grandes estudios métodos de regulación de estos instrumentos informáticos, teniendo como desafío integrar esta tecnología de manera ética y constructiva, aprovechándola para mejorar la calidad del cine sin comprometer el talento humano.
Ambición contra calidad: ¿Cómo encontrar un punto medio?
Cuando las productoras llevan a cabo sus diferentes rodajes, el objetivo comercial más importante siempre será ser éxito de taquilla, para ello, los estudios suelen llevar a cabo producciones pretensiosas costosas que esperan puedan ser el film rey dentro del mercado, pero, en muchas ocasiones lo más caro no es lo más rentable y ello se traduce en fracasos de recaudación que dejan grandes deudas, una situación que cintas como Megalopolis y Argylle sufrieron el pasado año al gastar más de 200 millones de dólares y quedar con deudas que superaban el efectivo invertido en su montaje.

Para este año evitar perdidas financieras, las grandes casas productoras deberán hallar un punto de equilibrio entre el éxito comercial y la calidad artística, incluso si ello conlleva hacer películas con bajo presupuesto, después de todo, es importante recordar que el cine, como todo arte, puede nacer desde la más pequeña idea, por lo cual, si los nuevos filmes reducen su presupuesto, pero aumentan sus cualidades visuales-narrativas, es más que seguro que el éxito terminará llegando.
Ir más allá del estereotipo: la lucha de la diversidad en pantalla
En los últimos 10 años, la demanda por historias más inclusivas en la gran pantalla ha aumentado drásticamente. Crear personajes que logren representar los diferentes grupos sociales y no caer en los clichés de siempre, se ha vuelto una de las prioridades dentro del mundo del espectáculo, por ello, los guionistas deberán enfocar sus esfuerzos en el presente año en hacer narrativas igualitarias que no se perciban como forzadas por parte del público, ya que si bien la equidad de sexos, géneros y orientaciones es importante dentro de la industria, también lo es respetar la esencia artística del mundo del cine sin obligar a otros a aceptar ideologías a través de este medio.

2025 será un año de grandes contrastes. Representando un momento crucial para el cine como lo es la transformación tecnológica y la adaptación al mundo globalizado, la industria se enfrentará al mayor reto en su larga existencia: la capacidad de adaptarse a los cambios, de arriesgar y de contar historias que lleven al séptimo arte al siguiente nivel. Si bien los desafíos son numerosos, con algo de complejidad, también ofrecen la oportunidad de evolucionar el sector y devolverle su esplendor, eso sí, antes de poder llevar esta misión a cabo, deberá imponerse primero con creatividad y valentía ante estos retos si desea seguir a flote. Aunque no podemos ser ingenuos respecto a las dificultades, debemos ser optimistas sobre el potencial del cine para superar estas pruebas y sorprendernos nuevamente, después de todo, si ha podido traspasar las barreras impuestas por las guerras o los conflictos, seguramente la evolución social tecnológica no será un problema. Este año es una prueba de fuego, y solo el tiempo dirá si Hollywood está preparado para hacer parte de la nueva era digital.
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