Kraven el Cazador: Un villano con estilo, en una película sin identidad
- Deyvid Hernandez
- 26 dic 2024
- 5 Min. de lectura

Aaron Taylor-Johnson encarna la versión más salvaje del popular mercenario, pero su historia se ve ensombrecida por una trama que se siente más cazada que cazadora.
En el vasto reino de los depredadores, el león es rey, y el lobo, un líder implacable. En Hollywood, al igual que en la naturaleza, los más fuertes sobreviven y se convierten en los guías de aquellos débiles que aún tienen camino por recorrer, pero Kraven el Cazador no es ni lo uno ni lo otro: es un felino feroz que no logra imponerse en su selva y cae directamente al abismo de la quiebra.
La cinta, dirigida por J.C. Chandor (A most violent year; 2014), nos presenta la historia del famoso cazador ruso y supervillano de Spider-Man, Kraven, un hombre con dotes animales cuya esencia está marcada por la violencia inherente de los diferentes predadores que lleva dentro. Con una promesa de brutalidad fiel al cómic, la película se abre paso entre un frenesí sangriento de mafiosos y antihéroes, sin embargo, tambalea por los clásicos vicios de narrativas genéricas, convirtiendo a este film en un relato cliché del cine de superhéroes que parece temer definir su propia identidad.

Kraven el Cazador sigue la historia de Sergei Kravinoff, un justiciero salvaje con poderes animales. Después de un accidente que transforma su vida, este descubre su conexión especial con el reino de las bestias y con sus nuevas habilidades sobrehumanas, se propone a trazar su camino como el mejor cazador del mundo. Sin embargo, en su viaje deberá hacer frente a su legado familiar que lo persigue junto con nuevos villanos que buscarán darle cacería y enfrentar una batalla interna para definir qué clase de hombre —o monstruo— desea ser.
Lo bueno
Entre los aciertos del filme, no cabe duda alguna de que el performance de Aaron Taylor-Johnson es quizá lo más destacable de la cinta. En esta versión del personaje, Johnson nos brinda un Kraven con carisma, autoridad, salvajismo e intrepidez que logra captar la atención de la audiencia desde el primer momento, además de otorgar una perspectiva moderna a este quien no busca solo convertirse en leyenda como su homólogo de los comics, sino que también tiene otras preocupaciones y es mucho más humano.

En las interpretaciones, otra que vale la pena recalcar es la de Russell Crowe como Nikolai Kravinoff, señor de la mafia rusa y el estricto padre de Kraven. En esta cinta, Crowe nos brinda un personaje completamente odiable, un traficante de drogas que es capaz de poner a su propia familia en peligro con tal de alcanzar sus objetivos, además de un villano cuya presencia imponente y crueldad refinada añaden una capa de tensión emocional a la narrativa.
En los aspectos técnicos, las escenas de acción son un punto fuerte en el argumento principal. Con peleas brutales y crudas, Kraven el Cazador busca despegarse del modelo tradicional de las cintas de héroes o villanos al mostrarnos la fiera naturaleza del personaje, una perspectiva oscura que difiere de los anteriores filmes del Universo Cinematográfico compartido de Spider-Man como Venom (2018) o Madame Web (2024), logrando complacer al público que busca dosis de adrenalina intensa. Asimismo, es de resaltar el positivo diseño de los vestuarios, los cuales parecen sacados directamente de las viñetas y la ambientación, la cual, con matices sombríos, pero al mismo tiempo energéticos, dan una vibra vanguardista a la cinta.

Lo malo
A pesar de ser una película entretenida y dinámica, Kraven el Cazador falla estrepitosamente en su capacidad para destacar dentro del género. Al igual que otras producciones de Sony, la fórmula narrativa de este film se vuelve repetitiva: Se nos muestra de nuevo el origen del protagonista, sus conflictos internos y/o familiares, un villano poco desarrollado, pero que de alguna forma resulta ser el antagonista principal y un final que no tiene continuidad en los futuros proyectos, haciendo de la cinta otra historia genérica olvidable, con giros predecibles y momentos apresurados que no permiten profundizar la historia.
Pero en este fracaso no se le puede dirigir la culpa solo a los directores o el equipo de producción; los actores secundarios también juegan un rol en la baja recaudación de taquilla actual de esta obra y es que en la película muchas interpretaciones se sienten muy pobres como por ejemplo la de Alessandro Nivola como el antagonista principal Rhino, un criminal con la habilidad de transformarse en rinoceronte que en esta cinta tiene un pésimo CGI, resultando en un lastre visual que le resta credibilidad e incluso deja hasta la fecha a Paul Giamatti, en The Amazing Spiderman 2, como el mejor performance de este villano.

La actuación de Ariana DeBosse como Calypso Ezili, la amante de Kraven, es deplorable al carecer de química con el protagonista y quedar reducida a un papel más de ayudante. Del mismo modo, Fred Hechinger, como Dmitri Kravinoff, el hermano de Kraven, tampoco aporta peso a la trama, cayendo en un estereotipo de debilidad y dependencia que no genera empatía.
No obstante, el problema más grande de esta producción es, al igual que otros rodajes del Sonyverse, su falta de conexión con el Hombre Araña. Como muchos ya saben, la famosa distribuidora estadounidense posee los derechos del héroe arácnido y su galería de villanos desde mediados de los 90, por lo cual, solo este gigante de los negocios puede hacer o llegar a acuerdos para producir largometrajes del lanza redes o sus rivales, entre ellos Kraven. A pesar de esta ventaja, en el filme vemos apenas unas sutiles referencias al popular superhéroe que no logran construir un puente hacia su inevitable rivalidad, perdiendo la oportunidad de enriquecer su narrativa y dando por cerrado cualquier posibilidad de ver una lucha entre estos dos icónicos personajes.

Por último, la mezcla de géneros —entre un drama de mafiosos y una película de acción de superhéroes— termina dejando a la cinta sin una dirección clara, contribuyendo a su sensación de falta de identidad y diluyendo la esencia de villano de Kraven al reflejarlo más como un antihéroe.
En términos generales, Kraven el Cazador es una película que ofrece una experiencia de acción intensa y entretenimiento fugaz, pero que también se queda corta al intentar destacar en un género saturado. A pesar de actuaciones notables, una atmósfera lograda e innovación al mezclar dos géneros altamente taquilleros, su torpe ejecución narrativa, el uso deficiente de CGI y la superficialidad con la que trata temas o personajes impiden que la cinta alcance su verdadero potencial, aun así, la cinta puede cumplir al satisfacer las expectativas de aquellos que buscan emociones intensas sin mayores exigencias, pero podría decepcionar a quienes esperan una historia fiel a los comics u original. Kraven tiene estilo, pero no logra ser el cazador que domina su terreno. En un universo cinematográfico que lucha por encontrar su lugar, esta producción demuestra que, a veces, un rugido feroz no es suficiente para destacar entre la multitud.
Comments