Terrifier 3: Un festín sangriento para los sentidos (y tu estomago)
- Deyvid Hernandez
- 12 nov 2024
- 5 Min. de lectura

Art the Clown vuelve más despiadado que nunca, dispuesto a redefinir los límites del horror y el gore en una experiencia macabra que lleva al espectador a un viaje emocional del que pocos salen ilesos.
La Navidad se tiñe de rojo carmesí en una nueva entrega de la saga Terrifier. En esta tercera cinta, su protagonista, Art el payaso, sumerge a la audiencia en el abismo más profundo del horror visceral, poniendo pálidos incluso a los más fieles amantes del cine gore. Con un ligero toque de humor negro y excesivas dosis de sangre, la mente retorcida e ingeniosa de Damien Leone, promete en este nuevo film, llevar a los cinéfilos a un viaje macabro donde la línea entre lo grotesco y lo sublime se entrelaza para brindar una experiencia única que dejará a más de uno sin aliento.

Cinco años después de los eventos de la segunda película, Sienna y Jonathan Shaw están tratando de continuar con sus vidas tras haber sobrevivido a la brutal masacre de Halloween. A medida que se acerca Nochebuena, la pareja de hermanos, en un intento por sanar tanto física como mentalmente, esperan poder abrazar el espíritu navideño y dejar atrás los horrores del pasado, sin embargo, Art, junto con un poderoso aliado, están de vuelta, decididos a convertir su alegría festiva en una nueva pesadilla.
Esta nueva cinta es todo un espectáculo de violencia y terror para los espectadores, logrando así satisfacer las expectativas que muchos tienen solo con ver su excéntrico tráiler, no obstante, antes de dejarse llevar por las toneladas de sangre, tripas y locuras que nuestro maniaco antagonista ofrece, hay ciertos aspectos que son importantes tanto a destacar como mejorar.
Lo bueno
El hombre detrás del payaso: Los que amamos el cine de terror siempre queremos que los asesinos sean el elemento más memorable de un filme, después de todo, bien dicen por ahí que no puede haber un buen héroe sin un buen villano y, más que dejar huella, el payaso Art se ha convertido en todo un ícono cultural desde que lo viéramos aparecer por allá en 2008 en The 9th Cyrcle. Sin embargo, el personaje no sería quién es solo por la imaginación que Leone impregnó, sino que también tiene su esencia gracias al actor estadounidense David Howard Thornton el cual, sin necesidad de decir una sola palabra, haciendo uso de un recurso tan clásico como la mímica y “hablando” a través del lenguaje corporal, ha creado un asesino sádico completamente silencioso, que logra cautivar a los críticos más exigentes y generar toda una montaña rusa de emociones (y sensaciones) en la audiencia.
La guerrera con miedo y mucha determinación: En el género slasher, es muy común que los personajes femeninos sean relegados a un segundo plano y, por lo tanto, su participación en las tramas sea de acompañantes, auxiliares o amantes, no obstante, en los últimos años, los directores de cine han sabido como plasmar personajes femeninos que logran tomar las riendas aún en las situaciones más críticas y ser todo un ejemplo de lucha, un ideal que Terrifier 3 ha logrado captar a la perfección con el personaje de Sienna Shaw, interpretado por Lauren LaVera, que no solo demuestra un lado más humano al mostrarnos una heroína que, si bien está acorralada por el miedo y la desesperación, sabe enfrentarlo cara a cara y dar todo de sí por las personas que más ama, sobreponiéndose a situaciones extremadamente inhumanas aun estando desgastada física y emocionalmente.
La heroína que se vuelve villana: No existe probablemente un recurso más usado en las producciones cinematográficas que el del salvador convertido en tirano, ese clásico elemento del cine hollywoodense en el que un personaje querido y con buenas intenciones termina convertido por azares del destino en aquello que juro destruir, un ejemplo que ya hemos visto en filmes como Star Wars, The Dark Knight o Terminator: Génesis y que se vuelve un arma de doble filo si no es usado de la forma adecuada. Afortunadamente, para este film, este medio sí que se supo aprovechar con el personaje de Victoria Hayes, interpretada por Samantha Scaffidi, el único personaje que se ha mantenido a lo largo de la saga y quien paso de ser una chica tratando de rescatar a su hermana a ser la mano derecha del temible Art, logrando crear un personaje completamente diferente del que vimos en la película de 2016 y brindándonos una actuación que no solo roza los límites de lo enfermizo, sino que también compagina con la personalidad sarcástica y desquiciada de su antagonista principal.
Efectos y maquillaje, una combinación enferma pero exitosa: Sin duda alguna, el punto más exitoso no solo de la película, sino también de toda la franquicia. Como todos sabemos, algo que ha caracterizado a esta sangrienta saga ha sido el nivel exacto de detalles detrás de cada uno de los asesinatos del payaso Art, muertes que superan los límites de la imaginación y son capaces de hacer vomitar hasta el estómago más fuerte, han sido parte del colectivo de Damián Leone en estos casi diez años que Terrifier se ha impuesto en taquillas. Cada golpe, cada herida y cada mutilación son sencillamente impresionantes, así como asquerosos (en el buen sentido), al hacerlos tan intensos, realistas y en un ambiente que se presta para intensificar los límites del espectador, el equipo detrás de Terrifier, logra llevar esta película al siguiente nivel de lo grotesco.

Lo malo
Los personajes secundarios se vuelven terciarios: Desde sus inicios, Hollywood siempre ha tenido tendencia a dejar a sus personajes secundarios relegados a la sombra de el o los protagonistas, si bien es cierto que su importancia dentro de la historia no está al mismo nivel que el de las principales estrellas del producto, un personaje complementario también ayuda a enriquecer la narrativa audiovisual de la cinta, haciendo de esta no solo un contenido para consumir sino también todo un universo de opciones. En el film, desafortunadamente este problema ocurre a lo largo de su argumento principal donde personajes que anteriormente tuvieron un mayor protagonismo como Jonathan Shaw, interpretado por Elliot Fullam, ahora aportan muy poco a lo que está sucediendo en la trama y otros personajes nuevos en la misma ni siquiera contribuyen a la continuidad de la obra, una excepción que solo sucede con Gabbie, la prima de Sienna, interpretada por Antonella Rose, quien a pesar de su poca participación en pantalla logra transmitir carisma e inocencia, además de desempeñar un papel importante casi sobre el final de la cinta.
No por ir más rápido, se llega más lejos: Cuando vemos una película, además de entretenernos, siempre buscamos que la trama pueda explicar todos los detalles vitales de una forma breve aunque detallada para que, al momento de llegar al clímax, podamos entender y disfrutar de todo lo que sucede en pantalla, sin embargo, algunos filmes pecan del tiempo en que suceden sus secuencias, haciendo que determinadas escenas que son importantes en la narrativa se queden cortas mientras que otras que tienen menor relevancia opaquen a las cruciales. Terrifier 3 es una producción que falla en este aspecto precisamente, al querer centrarse en los homicidios de su antagonista, muchos de estos toman un mayor tiempo en pantalla que si bien, logran su objetivo de atraer a la audiencia, tienden asimismo a perderlas de la narrativa que se está contando, haciendo que algunas escenas parezcan sobrepuestas o que simplemente nos perdamos de momentos que pueden aportar más a la trama.

En términos generales, la tercera entrega de la saga Terrifier, cumple con las expectativas puestas y eleva el género slasher a nuevas alturas. Con sus brillantes actuaciones, efectos pragmáticos, maquillaje grotesco y trama sencilla, pero lograda, esta película tiene todos los factores para no solo ser un éxito comercial, sino también un clásico de culto dentro de su campo, además de ser la clara prueba que esta especie de productos cinematográficos aún tiene mucho potencial por explorar. Si buscas una experiencia cinéfila extrema, original, que te ponga a prueba y que te mantenga al borde del asiento, esta cinta es imprescindible.
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