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Un sabor agridulce para Sony: Hablemos de Venom, The Last Dance

  • Foto del escritor: Deyvid Hernandez
    Deyvid Hernandez
  • 18 nov 2024
  • 4 Min. de lectura

El simbionte favorito de todos, ha vuelto a las pantallas con una danza final que promete emociones intensas pero que, como todo baile, tiene sus altibajos, sus pasos elegantes y sus tropiezos.


En el mundo de la ficción, hay un viejo dicho que dice que la grandeza de un personaje se define en su ocaso, en aquel último acto donde, aun con todas las circunstancias en su contra, el héroe logra convertirse en un faro de esperanza que deja un legado imborrable en la memoria de aquellos que presenciaron tal hazaña. En Venom: The Last Dance, Sony y Marvel parecen querer cerrar el ciclo de uno de sus antihéroes más caóticos y queridos con un espectáculo que promete intensidad, pero que, en vez de eso, deja agridulces ecos en el corazón del espectador.

En esta nueva entrega, Eddie Brock y su alter ego alienígena ahora son prófugos de la ley tras los acontecimientos ocurridos en Let There Be Carnage. Sin un rumbo fijo y contando únicamente con el apoyo mutuo que se tienen, la dinámica pareja deberá buscar una forma de limpiar sus nombres, a la vez, que lidian contra una amenaza que no solo representa un peligro para la humanidad, sino también para ellos: Knull, el dios creador de los simbiontes, quien busca vengarse personalmente del simbionte y no se detendrá hasta darle caza.

Con esta trama, algo sencilla, pero de primera vista llamativa, la directora debutante Kelly Marcel (50 sombras de Grey) nos trae devuelta al simbionte más querido por todos para un último baile con altibajos, pasos elegantes y muchos tropiezos. 



Lo bueno

Sin duda alguna, lo más destacado del film fue la actuación de Tom Hardy como Eddie Brock y su contraparte alienígena, Venom. Con su performance, Hardy logra aportar una química inigualable entre ambos personajes, además de mantener enganchada a la audiencia gracias al carisma, naturalidad y dinamismo que el intérprete le brinda a sus figuras, lo cual, a su vez, otorga un aire fresco a la cinta en los momentos que puede tender a estancarse. 

Asimismo, es de destacar la actuación de Chiwetel Ejiofor (12 years a slave) como Rex Strickland, un soldado encargado del estudio de los simbiontes en la Tierra y que va tras Eddie y Venom al considerarlos potencialmente peligrosos, un papel que, para aquellos que son fans del género de superhéroes, quizá les recuerde ligeramente al General Ross, interpretado por el gran William Hurt, y que también aporta un contrapunto sólido-emocional, añadiendo profundidad a la trama.

Siguiendo con las actuaciones, también destaco la interpretación de Andy Serkis como Knull, el villano principal de este rodaje quién, a pesar de tener una participación muy breve dentro de la narrativa, aporta una matriz sombría e intrigante al relato, además de darnos las esperanzas de poder ver a este gran personaje en futuros proyectos con un mayor desarrollo.

En los aspectos técnicos, es memorable el uso de efectos especiales y CGI, sobre todo en el personaje principal y sus contrapartes malvadas, los Xenofágos, que no solo se sienten completamente reales, sino que también pueden llegar a causar temor al público por su aspecto grotesco, logrando su objetivo de generar un alto impacto en los espectadores. 

Lo malo

A pesar de contar con momentos únicos y un final muy conmovedor, The Last Dance sufre varios traspiés que pueden generar una experiencia negativa en las personas que la visualizan. La trama, aunque intrigante en algunos momentos, a menudo se siente apresurada, saltando de un conflicto a otro sin permitir que las situaciones o los personajes se desarrollen plenamente y haciendo que la narrativa se sienta algo inconclusa. 

La comedia, un recurso que había funcionado de forma equilibrada en anteriores entregas, aquí parece caer en exceso, lo cual puede resultar cansador para algunos cinéfilos, además de un factor que diluye la tensión dramática y el impacto emocional de algunas escenas clave.

Otro aspecto que decepciona en gran manera, sobre todo para aquellos que han seguido al personaje y su universo desde las series animadas o los comics, es el poco potencial que se le brinda a la familia de simbiontes, un elemento prometedor que pudo haber tenido un mayor desarrollo en el argumento del filme y, por lo tanto, haber brindado un mayor enriquecimiento a la historia que se nos cuenta. Finalmente, la trama general, si bien es entretenida, tiende a volverse genérica, además de cometer errores similares de otras historias de superhéroes que no logran destacar por su originalidad.

 

En términos generales, podemos definir a Venom: The Last Dance como una montaña rusa de emociones que nos brinda momentos de acción trepidante y humor irreverente, logrando su objetivo de ser un cierre positivo para este gran personaje y siendo por mucha diferencia la mejor película de su trilogía, sin embargo, la cinta adolece de ciertos problemas que impiden que alcance su máximo potencial, tropezando con una narrativa que no logra balancear su ritmo, además de decisiones creativas que dejan más preguntas que respuestas. Aun así, a pesar de sus defectos, este film es toda una experiencia para los fans del simbionte, logra dar un final digno de un héroe y es lo suficientemente cautivadora como para no despegarse ni un solo segundo del asiento, por lo cual, es una obra audiovisual recomendada no solo para pasar el rato, sino también, para disfrutar una vez más de la magia cautivadora del protector letal, Venom.

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